Blogia
Willy's Things

Romance (II)

En el siguiente encuentro con la derivada de orden n, el arcocoseno se decide y le propone:
 -¿Vamos a tomar unos neperianos a mi apartamento? Así lo conocerás. Ha quedado muy bien  integrado. Te va a encantar. Ella que ya estaba a punto de anularse, aceptó. El novio le mostró su dominio y ella quedó factorizada. Los neperianos y la música armónica simple, hicieron que rápidamente apareciera una correspondencia unívoca entre sus puntos. Unidos así, miraban hacia el espacio euclidiano y eran felices:

-¿No sientes calor? - dijo ella.

-Yo sí. ¿Y tú? Yo también.

Ponte en forma canónica, estarás más cómoda.

Entonces él le fue quitando constantes y después de artificiosas operaciones la puso en forma racional. Examinó sus máximos y sus mínimos...

- Déjame besarte la ordenada en el origen - Dijo él.

- No seas cruel. Pareces un operador autoadjunto-.

Pero él insistió.- ¿Qué haces? Me da vergüenza... es.

Ella se sintió descomponer en fracciones simples y él prosiguió. ( La deducción de las siguientes operaciones se dejan como ejercicio al lector.)
Al cabo de algún tiempo la derivada enésima perdió su periodicidad. Posteriores análisis algebraicos demostraron, como corolario, que su matriz era distinta de cero. Fue entonces cuando ella le confesó a él:

-Voy a ser primitiva de otra función.

- El respondió-

- Pero, ejjj, ...je... Que vaina! ¿no? Tal vez podríamos eliminar este parámetro elevando al cuadrado y luego restando.

- Eso significa que ya no me quieres

- No seas irracional, claro que sí te quiero. Nuestras trayectorias son cerradas y esta nueva terna será el origen de un grupo cuántico. Formalicemos este resultado!
La boda se preparó en un tiempo infinitesimal para no dar lugar a las habladurías en ningún círculo. Los padrinos fueron el padre de la novia, un polinomio de grado mayor que n, y la madre del novio, una tangente de pronunciada pendiente. La novia lucía un vestido confeccionado en coordenadas cilíndricas y sobre su cabeza, sosteniendo la abundante y ondulada cabellera, una hermosa cinta de Móbius de color púrpura. Su velo lucía diminutos puntos imaginarios y como pendientes, dos pequeños vectores traídos desde un espacio de Banach de dimensión desconocida, pero finita. El novio lucía un vestido natural y un recubrimiento cerrado, en prevención a que su suegro usara el método del disparo para aproximarles. Ofició la ceremonia Cayley, auxiliado por monseñor Ricatti.

Actualmente el arcocoseno trabaja en una fábrica de series de Fourier y ella cuida en casa a sus cinco términos de menor grado, producto cartesiano de este amor.

Y es que hay correos y correos.

Pasadlo bien! Nos vemos! 

0 comentarios